David Grusch declara bajo juramento que el gobierno mantiene un programa de recuperación de ovnis. Preguntado por lo que encontraron en ellos, habla de la existencia de restos biológicos no humanos. Las declaraciones de Grusch dispararon una especulación no vista desde hacía décadas, siendo el capítulo más reciente de una historia llena de mentiras y falsas promesas. Para entender lo que acababa de suceder había que echar la mirada al pasado, al origen del fenómeno UFO. Al origen de uno de los mayores fraudes de la historia moderna.

Hasta principios de la década de 1990, se sabía que el Polo Norte magnético se encontraba a unos 1600 km al sur del norte verdadero, en Canadá. Sin embargo, los científicos se dieron cuenta de que la ubicación del norte magnético no era fija y se desplazaba a una velocidad de 15 km al año. Sin embargo, desde la década de 1990, la deriva del polo magnético de la Tierra se ha convertido más en un sprint.

La región ártica, de prístina, misteriosa y cautivadora naturaleza, con espacios y especies únicas, es fácilmente identificable en el imaginario popular con el extremo norte del planeta. El norte circumpolar es, a su vez, complejo en términos geopolíticos, humanos y económicos. Al mismo tiempo, el rápido deshielo del Ártico coloca no sólo a los hábitats y pobladores de la región ante una encrucijada, sino al conjunto de la humanidad ante un reto cuyas consecuencias pueden determinar su propio fin.