Un parásito es un organismo que obtiene su nutrición de otro organismo, el huésped, en detrimento de ese organismo. Los parásitos necesitan un huésped para crecer y multiplicarse, y esta relación suele causar daño al organismo huésped.
No se puede decir de otra manera: los parásitos no tienen piedra con sus víctimas. Sus estrategias de conquista son dignas de mención; desde introducirse y devorar al huésped desde el interior del anfitrión, otros reemplazan la lengua de la víctima con su propio cuerpo, otros causan ceguera