En 1859 Charles Darwin publicó su obra maestra "El origen de las especies", en la que describió un mundo antiguo en el que la vida cambiaba gradualmente de una forma a otra sin necesidad de intervención sobrenatural.
Y cuando aún no se apaciguaba el furor desatado por sus radicales -para muchos impías- ideas, el naturalista empezó a leer un libro de alguien llamado Georges-Louis Leclerc, un aristócrata francés cuyo título nobiliario era conde de Buffon.
Había muerto unos 80 años antes y, para cuando el pionero de la teoría de la evolución....