Los humanos, desde el neolítico cuando empezamos a crear comunidades estables y sedentarias, hemos establecido nuestras poblaciones cerca del agua. Esta es imprescindible para beber, para abrevar a nuestro ganado y para regar nuestra agricultura. Sin embargo, de vez en cuando una lluvia más fuerte o un deshielo provocaban (provocan) avenidas en los ríos que producen inundaciones. Como las de estos últimos días en Alemania.