Un famoso paper del año 1998 se toma como evidencia de que los peos de las mujeres huelen peor que los de los hombres. Sin embargo, si bien es cierto que las flatulencias femeninas tienen una mayor concentración de ácido sulfhídrico, el volumen de la flatulencia masculina es mayor. Puesto que ambos son factores importantes en la difusión de gases, al ajustarse termina por no haber diferencia entre géneros. Además, la muestra de aquel estudio fue relativamente baja puesto que sólo se estudiaron 52 peos masculinos y 37 peos femeninos.