Todas las políticas climáticas de los EE. UU., China, la UE y el resto del mundo, implementadas desde principios de la década de 2000 hasta 2030 y sostenidas durante todo el siglo, probablemente reducirán el aumento de la temperatura global en aproximadamente 0.17 ° C en 2100. Estas estimaciones de impacto son robustas a diferentes calibraciones de sensibilidad climática, ciclo del carbono y diferentes escenarios climáticos. Las promesas actuales de política climática harán poco para estabilizar el clima y su impacto será indetectable durante muchas décadas.