En un artículo publicado a finales de diciembre en The Conversation, firmado por la Dra. Paula Redondo, titulado ¿Estamos bebiendo plásticos? se concluye que el agua que se envía a los grifos de Barcelona no contiene microplástico alguno. Sin embargo no aparece mención alguna en ediciones digitales de diarios o agencias de prensa que se hayan hecho eco de este trabajo científico. Lo cual es una prueba más de ese marketing perverso del que yo suelo hablar.