Completamente cargada, una cosechadora puede llegar a pesar hasta 36 toneladas, cuando hace 50 años no pesaría ni cuatro. Las consecuencias potenciales son una reducción de una quinta parte de los cultivos del mundo. Básicamente que los suelos no pueden soportar tanta carga antes de que la enorme presión haga que se compacten. Los suelos albergan mucha vida en sus ecosistemas: desde vías de aire diminutas a canales de agua casi inapreciables que la transportan a plantas y organismos vivos. Por lo tanto, todo el peso que ejercen los vehículos...