La Policía Nacional de Colombia mató a Pablo Escobar en 1993. Cuando lo hicieron, se apoderaron de su rancho de 2.800 hectáreas, incluyendo su zoológico personal. Pero aunque enviaron a la mayoría de los animales de Escobar a vivir en otros zoológicos y reservas de vida silvestre, dejaron a sus cuatro hipopótamos, obtenidos gracias a la cocaína y completamente desarrollados, a pesar de que no son nativos de la región. Esos cuatro se reprodujeron y ahora hay aproximadamente 80 hipopótamos deambulando por el país.