Me refiero, naturalmente, a la investigadora china Li-Meng Yan y a su aparición en un programa de televisión defendiendo su falacia de que el coronavirus SARS-CoV-2 fue creado por el ser humano, como arma biológica o como lo que sea. Y obsérvese que no hablo de error, sino de falacia. O sea, “engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien”. Li-Meng Yan no está equivocada; miente, aun a costa de dañar a otros.