El 17 de agosto, el laboratorio LIGO detectó un evento cósmico sin precedentes. Logró captar, por primera vez, las ondas gravitacionales -las deformaciones en el espacio tiempo- así como los destellos de luz en forma de rayos gama generados por la colisión de dos estrellas de neutrones. Esta violenta colisión no solo confirma las ondas gravitacionales que predijo Albert Einstein en su Teoría General de la Relatividad, sino que también corrobora que, gracias a ellas, tenemos oro, platino, uranio y otros metales pesados que hay en nuestro planeta.