De esta galaxia lejana bautizada como ZF-UDS-7329 se sabe que su luz ha tardado en llegar 11.500 millones de años. Sin embargo, gracias a las mediciones en infrarrojos del James Webb, se ha podido observar que su población estelar ya estaba allí 1.500 millones de años atrás. Esa población estelar es enorme. De hecho, se calcula que la masa de todas sus estrellas es, como mínimo, el doble que la de nuestra Vía Láctea. Y es aquí donde empiezan las incoherencias.