Bajan los resultados de los alumnos en las pruebas PAP de Cataluña

Es preocupante que casi la mitad de las personas que quieren ser maestros de primaria en el futuro no tengan un nivel mínimo en dos materias clave como la lengua y las matemáticas. La docencia no es una vocación que esté vinculada a que 'te gusten los niños'. Por supuesto que para ejercerla te ha de gustar trabajar con niños y adolescentes, pero va aparejada a una serie de competencias y conocimientos culturales fundamentales. Una persona que no alcanza un mínimo de conocimientos en lengua y matemáticas quizás no ha de dedicarse a la docencia.

[#2 AlexGuevara]

Esto solo lo soluciona la división Brunete!

[#3 rubentotal]

Uns cosa son los que se matriculan, otros los que titulan y otros los que ejercen.
Como mínimo antes de titular si debería estar acreditado un mínimo de nivel.

[#4 --699742--]

Más bajo?
será que no hay ya mastuerzos dando clase

[#5 Milmariposas]

En mis clases, los alumnos me solían preguntar que por qué me hice profe. Y cuando les contestaba que mi vocación era la de enseñar, transmitir conocimientos, pero que nunca me han gustado los niños (no he tenido hijos), me miraban como a un extraterrestre.

Y si algún alumno me decía que quería ser maestro/profe porque les gustaba mucho los niños, les decía que tuvieran los que quisieran pero con ese planteamiento su vida profesional estaba destinada al fracaso.

Así de claro.

[#6 srskiner]

Y se propone como solucion la tipica de estos tiempos: cambiar la prueba

[#7 Apotropeo]

A mí tampoco me gustan los niños, prefiero el cochinillo.

[#8 flixter]

#5 y diciendoles eso, que no tiene ni pies no cabeza, has conseguido ser profesor/a?

[#9 Romfitay]

#8 Yo enseño matemáticas y, aunque no puedo decir que no me gusten los chicos, no veo que eso sea un factor tan importante. Lo que yo pretendo no es quererlos, es que aprendan. Y muchas veces parece, incluso en textos legales, que lo de que aprendan es secundario. Pues no, eso es lo principal.

[#10 flixter]

#9 entiendo y estoy de acuerdo con lo que dices, pero es radicalmente distinto a lo que dice tu compañera de profesión.