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Caballeros del aire: pilotos de la IGM informaban al enemigo sobre tumbas de caídos en combate, bombardeos, etc. [ENG]

Los aviadores británicos y alemanes llegaron a extremos increíbles para ayudarse mutuamente en la Primera Guerra Mundial, advirtiéndose en ocasiones cuando estaban a punto de bombardear aeródromos o proporcionando fotografías de las tumbas tras dar sepultura a pilotos del bando contrario derribados en combate, caídos en territorio enemigo. Este extraordinario nivel de cooperación se ha descubierto durante una investigación del Imperial War Museum de Londres, destinada a la exposición del centenario del estallido del conflicto. Traducción en #1

| etiquetas: primera guerra mundial , igm , aviación , piloto , bélico , historia , tumba
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  1. Los aviadores británicos y alemanes llegaron a extremos increíbles para ayudarse mutuamente en la Primera Guerra Mundial, advirtiéndose entre sí cuando estaban a punto de dejar caer bombas o enviando fotografías de las tumbas cuando sepultaban a algún muerto del bando contrario.

    Este extraordinario nivel de cooperación se ha descubierto durante la investigación para una exposición que conmemora el estallido del conflicto.

    Un joven piloto de Pembrokeshire llevaba un diario en el que reflejó cómo la camaradería a veces tenía prioridad por encima de las hostilidades, sobre todo entre los pilotos británicos y alemanes.

    Las notas tomadas por William David Sambrook, piloto del Royal Naval Air Service, de 22 años, sugieren que pilotos alemanes advirtieron a sus enemigos británicos del lugar que iban a bombardear.

    Destinado en 1916 al aeródromo de Coudekerque, cerca de Calais, los diarios de Sambrook hablan de bombardeos casi diarios sobre los aeródromos ocupados por los alemanes, así como sobre los hangares de zeppelines de Brujas y Zeebrugge.

    Un día de mayo de 1916, según su diario, uno de los pilotos no regresó de un ataque al aeródromo de Ostende, y se rumoreaba que el avión desaparecido había caído al mar y posteriormente había sido recogido por un arrastrero belga.

    Unos días más tarde, todavía sin noticias del desaparecido, uno de sus colegas voló sobre un campo de aviación enemigo y dejó caer un mensaje en el que preguntaba a los alemanes si tenían información sobre el paradero del piloto derribado.

    Los pilotos británicos recibieron pronta respuesta, también desde el aire, en la que les confirmaban que la aeronave había sido derribada sobre el mar.

    Sambrook escribió en su diario: "Nos dijeron que se hicieron varios intentos de rescate, pero que cuando los restos del avión lograron ser finalmente remolcados, el piloto ya estaba muerto. Fue sepultado con honores militares, junto con dos compañeros, en el cementerio de Marrakerke, en Ostende. El mensaje fue acompañado por dos fotos del funeral y de la tumba".

    "Había también un mensaje en alemán en el que se indicaba un lugar en el territorio alemán donde nuestras aeronaves podrían aterrizar si tenían problemas con el motor", continuaba el diario.

    Alan Wakefield, responsable del servicio fotográfico del Imperial War Museum, comentó que durante la I GM esa cooperación era mucho más común entre los pilotos que entre los que luchaban en tierra.

    "Sé de casos en los que los

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  2. - ¿está el enemigo?
    - No, aquí estamos las victimas como tú, el enemigo lo tienes en casa.
  3. Poco se parecía esa guerra de caballeros privilegiados con lo que vivía el común de los curritos pudriendose en las trincheras.
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menéame