En nuestros tiempos, la lectura y el placer son parte de un mismo principio. Naturalmente, el placer puede prescindir de la lectura, como lo evidencia la enorme cantidad de actividades placenteras en las cuales no están presentes los libros. No obstante, la lectura no puede escapar del placer; en ocasiones, un placer esforzado, cuesta arriba, pero placer al fin. Esto no siempre fue así. De hecho, fueron las mujeres las que nos enseñaron a leer por placer.
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Cosas de burguesas dicho por otra burguesa.
Claro que las lectoras habituales eran gente de buena posición económica, no te jode, pero está bien argumentado.
Pero sí, ríete tú de los estereotipos porno cuando miras lo que leen las mujeres y ves que tienes que ser poco menos que un Dios Inmortal para competir con otro Fuera de Serie por el amor de la heroína indecisa dentro de un triángulo amoroso.
¿Y lo peor? Que es imposible tenerla contenta porque tienen cualidades mutuamente excluyentes (temple vs agresividad, pasión vs frialdad) por lo que tienen que ponerse de acuerdo para compartir su amor, que la heroína no tiene suficiente con que seas El Puto Amo de los buenos, también quiere al líder de los malos con su lado bueno oculto en su interior.
Lo dicho, el porno y de sus estereotipos.
Y ojo que cuando leen estas cosas es cul-tu-ra ehh. No como esos videojuegos que nos gustan a nosotros.