Los protagonistas son Abdalá (por entonces el príncipe heredero de Arabia Saudita; no ascendería al trono hasta 2005) y la Reina Isabel II de Inglaterra. Esta última conocida, aunque no lo parezca, por su mordaz sentido del humor. Luego de que ambos almorzaran, la anfitriona le preguntó si quería dar un paseo para conocer los alrededores. El entonces príncipe aceptó sin problemas. Una decisión de la cual se arrepentiría luego.
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Que si la reina tiene un gran sentido del humor, ya piensas "seguro que le suelta algún comentario sarcástico o algo. Que si fue entrenada como conductora en la guerra y es muy hábil, piensas "esta se va a poner a derrapar y hacer locuras"...
Y al final te comes la tontería con menos gracia y menos relevante que haya hicieran dos monarcas en el siglo XX.