Entre estos fallos destaca a su vez la existencia de externalidades, es decir, situaciones en las cuáles o los beneficios o los costes de la actuación privada no es asignada en su totalidad a quien los genera. En el caso de la educación, la intervención pública puede justificarse desde varias perspectivas, no todas ellas desde luego económicas, pero sí una en particular, que es la existencia de dichas externalidades en la educación de los individuos. Si los beneficios de la educación no se circunscribe solo al ámbito privado del sujeto que se e
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etiquetas: educación pública , gestión , privada
En cuanto a lo de los refuerzos, no depende en la mayoría de los casos del profesor, es que muchas veces no existe esa posibilidad.
Y no voy a negarte que una parte del profesorado esté en la enseñaza como una profesión "cómoda" (discutible teniendo un aula con 30 alumnos,todos diferentes, algunos con necesidades de apoyo...) pero la mayoría se esfuerza a diario, trabajando en casa para preparar las clases, ejercicios diversos, corrigiendo, pensando metodologías...
¿Recortes? Los hay y afectan mucho a la calidad de la enseñanza, aunque no son lo único (llevo 25 años en la enseñanza y haber tenido cuatro leyes de educación es lo peor de todo) En una clase que dura 55-60 minutos se nos pide pasar lista, anotar las faltas, comprobar que cada alumno haya traído el material, mirar los cuadernos, corregir los ejercicios, explicar los nuevos y todo esto con una atención indivudualizada en la que tienes en una clase de 24: 5 alumnos de PMAR (con su plan de refuerzo/personalizado individual),3 alumnos de etnia gitana (uno de ellos con deficiencia psíquica leve y otros dos con un nivel de 2º-3º de primaria) muy animosos tocando las palmas y sin llevar el material. Añade un recién llegado de Colombia más perdido que un pato en el Manzanares, dos repetidores que pasan de todo y catorce chavales "normales". Imagínate la atención que se puede prestar a estos alumnos.
Me alegro de que estés contento con el concertado. Hay concertados buemos y malos (al igual que hay públicos buenos y malos) y te ha tocado uno bueno.