Los callos tienen un efecto beneficioso en los pies de los que caminan descalzos, ya que no comprometen la sensibilidad ni la marcha, mientras que el calzado puede reducir la capacidad de percibir estímulos, reveló un estudio publicado hoy miércoles por la revista Nature.
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pero aún y así, positivo p'al nene
Los callos NO son buenos: son signo de sobrecarga y desbalance en la armonía de la función osteoarticular y muscular, dando lugar a la irritación de la piel por el exceso de fricción y/o peso sobre esa zona, cuyas células responden creando más estrato córneo para protegerse.
Si el callo se mantiene "hidratado", puede provocar sólo molestias, pero como se seque, actúa como cuando te pones una mascarilla de arcilla en la cara, se seca y la piel de debajo queda atrapada y tirante, pero multiplicado por tres: duele un viaje y pueden aparecer hasta ulceraciones (un callo es la pesadilla del diabético porque le puede costar la integridad del pie).
Supongo que la intención del estudio sería la de dar la importancia al mantenimiento del pie como receptor de estímulos, que se ve mermada con el uso continuado de zapatos (normal, lo que no se usa, se atrofia), pero vamos, que eso es más antiguo que el cagar, de ahí que en el mercado existan pelotitas de masaje para pies (esas con puas de plástico), esterillas de piedras o césped artificial o que se recomiende andar por la area de la playa, que mejoran la propiocepción y ejercitan la musculatura intrínseca del propio pie.
#opiniónDePodóloga