15 meneos
98 clics
La falsa tristeza del ateo
El no creer en Dios, ni en ninguna entidad sobrenatural, no nos empuja a la melancolía o al suicidio, sino todo lo contrario. Pienso que eso debe ser un aliciente para valorar la vida como un fenómeno extraordinario dentro del universo, como el fruto de millones de casualidades que nos han conducido a este momento.
|
comentarios cerrados
Ser ateo es @bonito.
Fijate en el pobre señor: henchido de la fe en Dios y su humilde servidor toda la vida y para ser feliz necesita un palacio.
Yo como Homer con una cerveza y achuchón de vez en cuando tengo bastante.
Salu2