Manuel Azaña (1880-1940) sigue de actualidad. En el reciente debate de investidura, la derecha y la izquierda se sirvieron del que fue presidente de la Segunda República para defender sus respectivas posiciones. Pocos líderes de nuestro siglo XX han sido tan polémicos. Unos le detestan porque ven en él al sectario que persiguió a la Iglesia, al hombre que quiso “triturar” al Ejército. Otros admiran al estadista que quiso modernizar el país, reducir el poder de la Iglesia, poner al día las fuerzas armadas.
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La culpa de Azaña, que le hablo de tu a los señoritos. 80 años más tarde ,la reforma sigue sin hacerse, no encontrado el articulo pero si no recuerdo mal, el numero de altos cargos/ soldado seguía siendo mucho más alto que el resto de países europeos.
Poco se "trituro"