Intentarán venderos imanes, guías, abanicos, pañuelos, pinturas, postales… lo que sea… y escucharéis sin parar “one dollar, one dollar…” y no sólo eso, en muchos sitios cocinando, vendiendo bebidas frías…La realidad de los niños de Angkor.
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Ahora creo que tampoco se les hace favor regalándoles bolis, cuadernos y mucho menos piruletas o caramelos puesto que se les caen los dientes (su higiene bucal no es como la nuestra). Cualquier cosa que se les dé fomentará que sigan en la calle y no en el colegio.
A lo que el autor del post responde de forma acrítica y buenista:
Gracias por leernos Fátima. Yo me quedo conforme con haberles dado un poco de felicidad.
Tanto o más daño hace un idiota que un cabrón.
Intenta concienciar (lo cual es loable) pero se ve que a él mismo le falta concienciación e interiorización de ciertas normas básicas para evitar la explotación infantil y el absentismo escolar.
Vaya chasco que te pegas cuando ves que esas aspirinas o bolis que les has llevado con toda tu mejor intención, las venden al mercado negro y las cambian por un movil con cámara de fotos, un mp3 o cualquier pollada.