Hay una teoría entre la población, alimentada por los medios de comunicación, el cine y las novelas, según la cual, en algún momento de la edad madura tiramos por la ventana nuestra vida e intentamos conseguir una nueva. Curiosamente, la ciencia ha dicho mucho menos al respecto que la llamada cultura popular. En 1965, Elliot Jacques, un psicoanalista ¡ups! y psicólogo organizacional canadiense, acuñó el término de «midlife crisis», la crisis de la mitad de la vida.
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Solo hay que ver esas MIlf que corren ahora por ahí, o esos padres cuarentones a los que les revolotean todo tipo de chiquillas!
Los fines de semana y las tardes son mías, no como cuando estudiaba que todo eran prácticas y trabajos para entregar. Mi sueldo es bueno, no como cuando empezaba a trabajar. Si salgo de fiesta, tengo presupuesto, no como antes. Si me apetece el chuletón de Ávila, me lo pido y punto. Incluso ahora tengo mejor físico que antes, porque tengo tiempo para hacer ejercicio y para cocinar sano.
Lo único que echo de menos de cuando era joven son las relaciones sociales. Era más fácil conocer gente nueva, y los escarceos amorosos y los coqueteos, más ilusionantes. Eso se pierde.
En resumen, podría decir que es ahora cuando estoy disfrutando del esfuerzo hecho en mi juventud (estudios, vivir lejos de mi familia, etc.), así que ¿crisis? ¿Qué crisis? Es más, con las perspectivas de futuro que tienen los jóvenes de hoy en día, virgencita, virgencita, que me quede como estoy.
Tampoco es algo que me quite el sueño. No pienso tener hijos, así que prefiero invertir tiempo y esfuerzos en vivir con comodidad y pegarme un buen viaje al año, que andar disperso en mil tonterías
Lo de más valor de todo lo que has dicho.
Estoy casado, por lo que follo de vez en cuando. Y pagar, pagamos todos, si no de una forma, de otra, eso tenlo claro.
Revisa sus comentarios, es un personaje habitual de esta casa.