"Fíjate cómo lo hago". Enseñar haciendo y aprender observando es tan antiguo como el origen del hombre (y no solo es propio del ser humano). Pero en este post vamos a señalar el impulso que toma este modelo basado en el aprendizaje vicario sobre todo a partir de la obra de Albert Bandura.
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etiquetas: modelo pedagógicos , aprendizaje por observación
Un modelo pedagógico así exigiría que el profesor estuviese presente en momentos claves de la vida personal y académica, como por ejemplo cuando un niño tuviese que tomar la iniciativa de hacer su tarea solo. Si es una conducta con vistas a un resultado, el profesor debería mostrarse haciendo lo que ha dicho para conseguir un resultado parecido.
Queremos que los niños aprendan a resolver una situación conflictiva con sus iguales de forma amistosa (positiva), en concreto en la disputa por un juguete:
a. Atención: Sin diseñar la situación, aprovechando una situación en la que se esté produciendo una disputa por un juguete, la maestra interviene de la siguiente forma (y siempre con la sonrisa dibujada en su rostro, esto es la esencia de lo que quiere mostrar al alumno): 1) Pide amablemente el juguete al niño que lo tiene, utilizando fórmulas como “Por favor, Alicia”, “¿Me dejas el coche?”; 2) Si se lo deja, se lo agradece: “Gracias, Alicia”; 3) Si no se lo deja, intenta negociar: “Si me lo dejas, te dejo esta moto”; 4) Si tampoco se lo deja, concluye: “Pero luego me lo dejas, ¿vale?”; 5) Tanto si se lo ha dejado como si no, le ofrece jugar a la niña (Alicia) con ella con ese juguete o a otro juego (suponemos que estamos en edades superiores a los tres años, superado el juego en paralelo)
b. Retención: Paralelamente o inmediatamente después de jugar con Alicia, la maestra repasa verbalmente los pasos seguidos. Con los mismos protagonistas, en días posteriores, describe los pasos pero sin acabar la frase, animando a los alumnos implicados a completarla: “Como no me lo deja...”, conclusión del niño: “...le digo que me lo deje luego”. Maestra: “Y me pongo a jugar con la pelota. Le digo a Alicia (o a Juan)...”, conclusión del niño: “...si quiere jugar conmigo a la pelota”. A lo que la maestra añade finalmente: “¿Y cómo está mi cara?”, a lo que responden los niños: “¡contenta!”.
c. Producción: En sucesivas situaciones similares, los actores mostrarán intentos por hacerlo como les enseñó su maestra. Como es improbable que salga bien las primeras veces, la maestra estará pendiente para mediar y facilitar la producción de la conducta propuesta.
d. Motivación y refuerzo: A medida que las conductas se vayan produciendo satisfactoriamente, la maestra recordará el bienestar logrado: alegría, juego, en ausencia de gritos, etc. Si las conductas propuestas no surgen, la maestra, además de insistir en el modelo, les recordará cómo estaba su cara (alegre) cuando le pedía el juguete a la niña y lo que hacían después de pedir el juguete: jugar en cualquier caso.
Te recomiendo una lectura que a buen seguro ilustrará un poco tu deficiente e interesada opinión:
sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/26/actualidad/1411730295_336861.h
Te recomiendo una lectura que a buen seguro ilustrará un poco tu deficiente e interesada opinión:
sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/26/actualidad/1411730295_336861.h
A mí el método de resolución del problema no me gusta porque implica hacer creer al niño que las cosas se hacen cuando él quiere. Se obvia que el, juguete no es suyo y todos los demás tienen derecho a jugar con él. Es decir, el niño no ha aprendido lo más importante en esta vida, que hay que cumplir ciertas normas, te guste o no, sin esperar recompensa a cambio.
Cada vez que alguien dice esa frase muere un gatito. El problema de hoy en día son muchos problemas.
Y en cuanto a educación.. a algunos les encanta idealizar el pasado, pero me juego el cuello a que mi educación ha sido mucho mejor que la de la mayoría de la generación anterior, muchos de los cuales no pasarían de la educación básica y que además "aprendían" a coser y cuidar de los maridos a base de reglazos.
La educación de ahora será mala, pero ves los libros de mi madre y te da un pasmo.
"Cuando éramos críos nos educaban en casa, no en el colegio" Mentira. De ahí los reglazos.
"Pero es muy cómodo dejarlos en la escuela infantil y descansar unas horas." Mucha gente está trabajando, y tal..
"lo más importante en esta vida" Otra afirmación sin fundamento.
Qué miedo me das como profesor...
Los reglazos no educaban a nadie, no se daban para educar, se daban porque la educación antes no tenía criterio pedagógico alguno. Mucha gente está trabajando... No será en este país, en el que muchos padres llevan a sus hijos al colegio a los 3 años porque ya toca, que lo veo cada mañana con mis ojos.
Pues sí, lo más importante en esta vida es cumplir las leyes, las normas acordadas entre todos y sin las cuales la sociedad y la convivencia son imposibles. Sin leyes y normas de convivencia viviríamos según la ley de la jungla. Otra cosa es que las leyes puedan ser mejores o peores, pero nadie puede negar lo bueno que es que existan.
Sí, a veces doy miedo, pero la mayoría soy divertido, cariñoso y me preocupo mucho por mis alumnos y sus padres. También exigente y cabezón. TPero el miedo también es importante. El respeto como concepto se adquiere bastanta más tarde. Y muchos críos sólo te hacen los deberes si al día siguiente se quedan sin patio. Eso es miedo y, por desgracia, funciona. Porque por imitación no los hacen en casa.