La proliferación de los eventos -en detrimento de las salas, que programan menos y pierden público, año tras año- ha provocado que muchas empresas hayan pasado de ser proveedoras de servicios a promotoras de festivales. De los festivales públicos organizados únicamente por ayuntamientos hemos pasado a un modelo que exige colaboración entre el sector público y el privado. Y esto no siempre sale bien.
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etiquetas: festivales , burbuja , música , cultura
Simple y llanamente, mala organización, y chimpancés llenando carteles.
En lugar de ir a sitios preparados, prefieren irse a una parcela a tomar por saco donde apenas llega el agua y la electricidad, con tal de pagar menos.
Yo estuve hace unos cuantos veranos en un festival en Portugal y se notaba muy muy pero muy bien que aquello estaba acondicionado para festivales. La entrada costó 70 euros para 3 días, con grupos conocidos y otros por conocer. El agua, la electricidad, el camping, etc, estaba bien organizado. El camping cerca/lejos de los conciertos, se podía coger un bus cada 15 minutos, incluido en el precio había un bonobus para ir a Lisboa. En fin, todo muy bien organizado y el precio, 70 euros por 3 días más electricidad, camping, bus, etc!!!
Ahora me lo leo, va...
AzkenaRock 2017 75€+ gastos= 80€ + 10€ con camping 2 días sin cartel azkenarockfestival.com/es-es/entradas/bonos
A las promotoras se les ha olvidado la crisis
Es normal ahora hay un booom festivales que ántes costaban la mitad , ahora el doble y encima lo tienes que ver por pantalla
<IRONIA>Los músicos que vivan de los festivales</IRONIA>
Quiza tenga que ver tambien que tras la ultimas elecciones municipales y autonomicas cambiaron muchos responsables, y los nuevos sean algo mas exigentes.
Si te digo la verdad, prefiero que el dinero se use para esto que para visitas papales, Fórmula 1, Copas Américas o Ciudades de las Ciencias.
El festival ha firmado un convenio con el Ayuntamiento de Vitoria que le permitirá ser más competitivo (le llaman a traer 4 viejunos leyendas y a pasar de costar 45€ el abono a 75€+ gastos en un año ) el año que viene
Aede! ccaa.elpais.com/ccaa/2014/06/17/paisvasco/1403007591_907016.html
El boom de los festivales comienza en el año 94 y colea hasta unos años comenzada la crisis cuando algunos grandes comienzan a caer y otros se adaptan a las circunstancias presupuestarias.
Por favor, informaros un poco antes de hacer afirmaciones rollo "y si cuela, cuela".
En el Lumbreiras y el Arenal era imposible ducharte ni cagar, y aun así la gente volvía. De hecho, el Lumbreiras no paró de crecer hasta que se dejó de celebrar por cuestiones ajenas a lo económico. Y en el Resurrection Fest el año pasado los precios de la bebida eran lo más abusivo que he visto nunca, y pese a ello este año han conseguido traer 30k personas más, llegando a poner el cartel de Sold Out y convirtiéndose en uno de los mayores festivales celebrados en el país.
Creo que tu análisis es bastante pobre y poco acertado. Pero además creo que la premisa del artículo es falsa: los festivales no se mueren. El Viña lo pasó mal hace unos años por pasarse de listos repitiendo el mismo cartel un año tras otro a precios abusivos, ahora parece que se han puesto las pilas y está más vivo que nunca (aunque ya se están columpiando otra vez con los precios de las entradas, igual es que necesitan que otro "En Vivo" les de un toque de atención una vez más). El Resu, en su XI edición, como ya digo ha sido simplemente arrasador: público asistente desde 30 países distintos, 80k personas, y cabezas de cartel como Offspring o Iron Maiden. Y festivales "nuevos" como el Alterna también van viento en popa.
El artículo se centra mucho en festivales pijos, y creo que ahí sí sucede efectivamente lo que comentas. Las niñas pijas (y nenes de papá) no encajan en un festival. No están dispuestos a soportar las carencias que suelen implicar los mismos, y eso que muchos organizadores hacen cagadas enormes o simplemente no tienen medios suficientes para garantizar una buena estancia en el camping o en el recinto, pero es que en un festival siempre va a haber carencias por bien organizado que esté. Los festivales cuyo estilo musical tenga un público dispuesto a pasar cierto grado de calamidad con tal de disfrutar de varios días de música en directo y de fiesta, medrarán. Los festivales pijos, puede que estén condenados a desaparecer.
Y luego también está todo lo que cuenta en el artículo sobre toda la cooperación que debe de haber entre diversos entes para asegurar la buena marcha del festival, que no deja de ser cierto.
Yo estoy dispuesto a soportar carencias, pero un festival de música debería tener una zona de acampada equivalente a un camping, no a un campo de refugiados serbobosnios.
#12, no pongo en duda que haya festivales muy buenos en España, pero yo todavía no he visto uno que pongan a disposición de los usuarios un camping casi de lujo y con autobus cada 15 minutos para ir y venir al festival o para visitar Lisboa. Simplemente fue un festival genial. Seguramente luego les salió caro a los promotores, quién sabe.