En 1832 el naturalista británico, un ferviente abolicionista, pasó cuatro meses en Brasil, en ese momento el mayor puerto de recepción de esclavos del mundo, y lo que vio allí dejaría su huella en su obra.
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¿Te parece que es faltón decir que me da pena que alguien exiga a la BBC algo que:
(a) la BBC ya hace y que
(b) aunque no hiciera no invalidaría ni una sola línea del meneo?
Pues lamento que te ofenda mi sensibilidad... Ah, no, que me igual.
Mientras el científico gesticulaba efusivamente para tratar de hacerse entender, terminó por acercar su mano al rostro del hombre, quien, asustado, bajó los brazos: pensó que el naturalista quería golpearlo en la cara y bajó la guardia para que pudiera hacerlo.
"Nunca olvidaré mi sentimiento de sorpresa, disgusto y vergüenza al ver a un hombre grande y fuerte temeroso de defenderse de lo que pensó que era una bofetada. Ese hombre había sido entrenado para adaptarse a un nivel de degradación mayor que el de la esclavitud de cualquier animal indefenso".
Lo de dar pena, como lo de que te da igual (que lo presupongo, entiendo, cuento con ello y no me afecta)... sobra.
Seguro que puedes hacerlo mejor la próxima.
¡Buenas noches!
Toma, un positivo como compensación.
He gugleado "BBC genocidio británico" y en los primeros resultados he encontrado un artículo que se hace eco sobre crímenes contra civiles en Irak por parte del ejército británico, otro sobre cómo los británicos dejaron morir a un millón de hambre de indios, otro sobre el vergonzoso pasado colonial del Reino Unido a propósito de la muerte de la reina y hasta un artículo en el que un historiador mexicano trata de forma francamente "amable" la conquista de América por parte de los españoles, diciendo que no tiene sentido hablar de genocidio y desmontando algunos de los pilares básicos de la leyenda negra.