Cannes, 1983. Una velada típica con Nina Simone. La artista cruza el escenario y se sienta ante su piano Steinway, mientras comienza a dar pequeños sorbos de una botella de bourbon. Todavía no ha tocado ni una sola nota, cuando de repente mira hacia el público y algo le hace saltar como un resorte: “¡Que se jodan los que llevan esmoquin o joyas! ¡Yo no he venido a cantar para esos gilipollas vestidos de gala!”. Nina no tiene una mala noche: se trata de su puesta en escena habitual desde hace años. Es su manera de advertir que cuando canta...
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etiquetas: nina simone , pianista , racismo , clasismo
Con diez años tenía las ideas muy claras,maravillosa voz y una inigualable artista.
Fea, fuerte y formal
“Nunca seré vuestra payasa. Me entrené en este oficio durante seis, catorce horas al día. Estudié y aprendí a base de práctica. No estoy aquí para entreteneros”. La mitad de la audiencia abuchea y le exige que cante, la otra mitad apenas consigue reaccionar. “¡No soy Louis Armstrong, no os voy a pintar una sonrisa en la cara!”. La furia de Nina Simone era impredecible, pero no caprichosa. Lejos de reflejar las veleidades de una diva, brotaba desde raíces muy profundas. Tanto que, a sus cincuenta años, su mente continuaba clavada en Tryon, Carolina del Norte, donde era una niña ardiendo de rencor por todas las limitaciones que le imponía el color de su piel."
“De una frustración como ésa nunca se vuelve. Dediqué mi niñez a cambio de nada. Fue como si toda mi familia, mis profesores e incluso mi comunidad me hubiesen mentido durante todos esos años, alentando un sueño que sabía imposible”. Tuvo que conformarse con tocar cada noche en un tugurio irlandés de Atlantic City, Nueva Jersey, mediante un trato innegociable: no podía limitarse a teclear su piano. Si no cantaba, no cobraba. Fue en su primera noche frente a una audiencia noctámbula cuando Eunice Waynon se convirtió en Nina Simone."
Seguro que los que han votado negativo ni se han fijado en que el artículo lo firma un hombre.
We may never meet again
Before we go
Make this moment live again
We won't say goodbye
Until the last minute
I'll hold out my hand
And my heart will be in it
For all we know
This might only be a dream
We come and we go
Like the ripples, like the ripples in the stream
So baby, love me, love me tonight
Tomorrow was made for some
Oh, but tomorrow
But tomorrow may never, never come
For all we know
Yes, tomorrow may never, never come
For all we know
Claro, no estaba ahí para entretener, pero el dinerito de los del esmoquin y las joyas sí que era bienvenido. Así como el alojamiento y los viajes.
Y encima racista: "despreciaba por igual a la gente blanca".
Pues sería una artista cojonuda (yo desde luego no lo niego) pero como persona era una gilipollas profunda.
Que siiiiiiiiiiiiiiiiiiii, que ya sé que a la comunidad afroamericana le han dado muchos palos, pero un racista es un racista siempre, independientemente del color de su piel.
Me toca los cojones todos esos artistas "guays" que van despreciando a su la gente que va a verles en concierto. Porque al dinero que les proporciona los despreciados, no suelen hacerle ascos.