Cuentan que un tal Magallanes, visionario, piloto y cartógrafo portugués al servicio de la Corona de Castilla, en su viaje de circunnavegación en torno al globo, al pasar por el sur del continente americano, avistó a unos gigantescos hombres de apariencia sobrenatural que se devoraron a una buena parte de la tripulación así como quien no quiere la cosa y en plan parrillada.
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Recomiendo un libro antiguo Cataluña en la carrera de Indias, de Martinez Shaw, sevillano y barcelonés de alma
No hay meneo, otra vez será.
A mí me ha resultado una lectura muy amena.
Lástima de los pobres expedicionarios que tuvieron que aguantar semejante charra.
Eso está mal. El flujo de calor (pérdida de calor por unidad de superficie y tiempo) depende de la temperatura ambiental y de la del cuerpo (el gradiente térmico existente). Todos los seres humanos tenemos el metabolismo similar y la temperatura interior muy similar, así que el flujo de calor en un mismo ambiente es el mismo. Un cuerpo más grande, con más superficie, pierde por tanto más calor total por unidad de tiempo. La diferencia estriba en que el cuerpo grande tiene más masa o energía almacenada en proporción: si L es un tamaño característico de un ser vivo, por cuestiones de semejanza dimensional su superficie exterior varía del orden de O(L²) mientras que su volumen varía del orden O(L³). La relación entre la energía disponible y la energía que pierde por calor crece con L, teniendo por tanto más margen cuanto más grande es.