Al llegar a un semáforo, la mayoría de los conductores se acercan mucho al automóvil que tienen delante, dejando apenas unos centímetros de espacio entre su paracoches y el siguiente. El pensamiento habitual es que cuanto más cerca esté uno del disco, más probabilidades tendrá de pasar antes de que la luz cambie de nuevo a roja. Sin embargo la transición de fase es similar al paso de sólido a líquido. El artículo en
iopscience.iop.org/article/10.1088/1367-2630/aa95f0/meta. En español AEDE en primer comentario
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Además, en parada y estacionamiento son las únicas situaciones en las que puedes acercarte sin gran riesgo
Si se hiciera con un 99% de vehículos con embrague, el resultado sería muy distinto.
De todos modos si el de delante es un "lenturrias" claro que no sirve de nada