Al principio puede dar una falsa seguridad pero siempre lleva a aumentos de precios, reducción de los salarios y mayores dificultades para los más vulnerables. Las propuestas realizadas por Trump, en campaña electoral y en sus primeros días de mandato, apuntan a una ruptura de acuerdos comerciales y a un establecimiento de barreras proteccionistas. También a una bajada de impuestos y a la puesta en marcha de un ambicioso programa de obras publicas. Este nacionalismo económico me trae a la memoria la teoría del famoso “caracol contractivo”.
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Lo lógico es comerciar con países que tengan unos niveles de protección a los trabajadores similares o establecer un impuesto o arancel a través de un multiplicador que corrija la diferencia de salarios.
La globalización beneficia al empresario (al grande, que es el que tiene capacidad de deslocalizar la producción) y jode al pequeño empresario y a los trabajadores de los países desarrollados, no hay que estudiar a Keynes para darse cuenta.
Salu2