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Primero los matamos, luego los prohibimos (y otras historias edificantes)
Francisco de Vitoria declaraba que no era lícito empezar una guerra solo por diferencias de religión. Por su parte, Erasmo, en su Institutio Principes Chistiani,[...] le proporcionaba al futuro emperador una buena ración de moral cristiana, le recordaba que la ley de Dios estaba por encima de la ley humana y se atrevía incluso a decirle que un «rey debe abandonar el cetro antes de cometer una injusticia». Naturalmente, Carlos I, como todos los demás reyes de la época, se limpió el culo con los libros de estos dos grandes humanistas.
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- #1 LuisPasTiziano era un espabilado... como me gusta el tonito prepotente del Jotdaun a la hora de la siesta...
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