Sangre y petróleo

Su política exterior es siempre la misma: ‘Obedece o serás aniquilado’. Pero hay veces que ni siquiera el arrodillarse satisface la soberbia del Tío Sam. Tal es la historia reciente de Libia y su dirigente, Muamar el Gadafi. Un estado llamado ‘terrorista’ que hizo sus deberes capitalistas y se convirtió en ‘miembro de la comunidad internacional’, una nación soberana que pasó de estar entre las más ricas de África a convertirse en un nido de odio, esta vez del de verdad, del que pone bombas en Europa.

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Y es que una vez los cazas del águila masona han matado a soldados y niños, luego vienen las tropas que ocupan los lugares estratégicos: pozos y refinerías. Y el resto del país… que se hunda en la laguna del olvido, esa de la que tanto gusta beber el enfermizo ‘Primer mundo’.


Y se queda tan pancho Qué descerebrados pueden hacerle caso a elementos de esta calaña.


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#3 ¿Los masones?

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#5 Hay cosas tan demostrativas que no se pueden obviar. Si tú lo haces es tu problema.

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#7 Ignorar, nada. Eres tú el que lo haces, y a sabiendas.

[#9 Macant]

#2 ¡No jodas! a cuantos han matado ayer.

[#11 Macant]

#10 ¡Ah! ... que no han matado a nadie en los ultimos 50 años.