El equipo que excava en los famosos, y otrora polémicos, yacimientos andaluces acaba de revelar en la revista Quaternary Science Reviews que por aquel entonces, en el Pleistoceno inferior, aquel lago se nutría de aguas termales de hasta 36ºC, y que la fauna se aprovechaba del lugar para su supervivencia. Es el primer balneario conocido del pasado remoto, un lugar donde humanos muy primitivos y gigantescos elefantes compartían baños y lodos.