Las células son robots biológicos en nuestro cuerpo, presentes en músculos, órganos, piel y cabello. No tienen emociones ni conciencia, solo siguen su programación evolutiva moldeada por la selección natural. Son máquinas imposibles impulsadas por las fuerzas fundamentales del universo y la unidad más pequeña de la vida. Para comprender su asombrosa complejidad es necesario explorar su funcionamiento.