Tiendo a idealizar grandes comidas. Lo típico: acudes a un restaurante, pruebas un plato exquisito, hablas de ello a tus amigos y, con el transcurrir del tiempo, aquel lugar se convierte casi en el epicentro del desfase dionisíaco. Lamentablemente, cuando regresar para llevar a algún allegado, descubres que el plato está bien, pero ya no es lo mismo. ¿Por qué sucede este fenómeno?