Los razonamientos de Churchill reflejan muchos argumentos modernos en astrobiología. En esencia, construye sobre el marco del "Principio Copernicano", la idea de que, dada la vastedad del Universo, es difícil creer que los seres humanos en la Tierra sean algo único. Comienza definiendo la característica más importante de la vida en su opinión, la capacidad de "reproducirse y multiplicarse". Después de notar que algunos virus pueden cristalizarse, siendo difíciles de categorizar, decide concentrarse en "vida altamente organizada multicelular".