Tras el intenso e histórico episodio de El Niño que hemos vivido durante el otoño-invierno pasado, el patrón climático que domina el Océano Pacífico evoluciona sin prisa pero sin pausa hacia un ciclo de La Niña. Según las observaciones satelitales y los datos recabados por las boyas marinas, a principios de mayo se apreciaba ya un descenso de las temperaturas en muchas áreas del Pacífico, que se situaban entre 0,5 y 1,0 ºC por encima de la media.