Diversas estadísticas dicen que las mujeres engañan a sus parejas en un porcentaje casi igual al de los hombres, debido a que ellas buscan compensar sentimientos, cariño, pasión o ciertos aspectos que su pareja formal no logra satisfacer. Las mujeres también son mejores para ocultar una infidelidad, sobre todo porque aunque los hombres puedan sospechar, la simple idea de que “les pongan el cuerno” no los pone de buen humor, y si a esto se le suma el ego habitual, ellos mismos dan por sentado que no es posible.