Estamos en 1995. Frente a la tele, porque es lo que se hace, ¿no?, ver la tele. Allí hay un busto hablando. Que si bla, que si bla, que si plim. Pasamos a otras noticias, dice. La BBC ha decidido cancelar las reposiciones de El Show de Benny Hill. Rostro serio, circunspecto. Explicaciones. No importa, nadie escucha. Alguna persona ha hecho lo que todos deseábamos hacer en tan señalado instante. Por los altavoces se cuela «Yakety Sax». Sí, esa canción. La están ustedes tarareando.

Durante más de tres décadas, Benny Hinn ha sido uno de los televangelistas cristianos más destacados y controvertidos del mundo. Sus "milagros" en el escenario se han vuelto legendarios. Su aparente renuncia a pedir dinero para bendiciones es objeto de debate y escepticismo. El público ha tenido pocas oportunidades de entrar en el mundo de los Ministerios Benny Hinn. Hasta ahora. Su sobrino, Costi Hinn, rompió con la familia y escribió un libro que lo cuenta todo sobre su experiencia con lo que se conoce como el Evangelio de la prosperidad.

El pastor Benny Hinn compartiendo el Espíritu Santo. Los asistentes a sus ceremonias llenan estadios y acuden con enfermedades que el pastor dice curar. En sus "Cruzadas Milagrosas", supuestamente curó a los asistentes de ceguera, sordera , cáncer, SIDA, lupus, fracturas, reuma, accidente cerebrovascular, infecciones, tumores, parálisis cerebral,... Sin embargo, informes de investigación de Los Angeles Times , Dateline de NBC , The Fifth Estate de CBC y 60 Minutes de Nine Network han puesto en duda estas afirmaciones.

Steven Bochco, el escritor y productor que trajo a la pantalla pequeña series tan emblemáticas como Hill Street Blues, L.A. Law y NYPD Blue, murió el domingo por la mañana. Tenía 74 años. Bochco, ganador del premio Emmy 10 veces, también estuvo detrás de la comedia-drama Doogie Howser, M.D., de Neil Patrick Harris ABC, y el drama de TNT Murder in the First.

En el Hollywood superficial el reconocimiento pasa por sus dos premios Oscar, pero en el resto del mundo recuerdan su nombre. Un nombre que el propio Hanks intuía que podía triunfar en la meca del cine. No tenía certeza, pero sí ambición. Así lo muestra una carta que el actor escribió con solo 18 años al director George Roy Hill, que recientemente había ganado el Oscar a mejor director por la película 'The Sting' (El golpe) en el año 1974.