¿Es un plagio? ¿Un corazón? ¡No! Es el nuego logo de Airbnb, que otros comparan con unos genitales... ¿Masculinos o femeninos? Juzga tú mismo. También parece un ojete. Lo cierto es que da igual: la polémica ya está servida.
Genial presentación sobre cómo nuestro cerebro visualiza los distintos tipos de tipógrafías y como inconscientemente prestamos más atención a un texto que a otro, solo por el tipo de letra utilizada.
El proyecto que crearon unos años atrás con ganas de ofrecer un nuevo enfoque a los eventos de nuestra ciudad natal sigue madurando. Más allá de la música, se sigue convirtiendo el colectivo en una idea, en una estética, en una experiencia global.