Cultura y divulgación

encontrados: 4, tiempo total: 0.005 segundos rss2
16 meneos
233 clics

Los hombres que contaban demasiado

Bill James se aburría como vigilante nocturno en una fábrica de judías enlatadas. Mataba el tiempo elaborando las que serían las estadísticas de béisbol más útiles de la historia, convirtiéndose en una de las 100 personas más influyentes según Time. Pero no fue pionero en someter la actividad humana al frío análisis de la estadística, Francis Galton le ganó por goleada. Midió todo lo que pudo: rasgos psicológicos, huellas dactilares e incluso colores del iris. Llegó a conclusiones polémicas, siendo fundador de la bioestadística y la eugenesia.
13 3 1 K 63
13 3 1 K 63
170 meneos
5357 clics
Máquina de Galton para mostrar la belleza de la estadística

Máquina de Galton para mostrar la belleza de la estadística  

Tiene 3.000 bolitas que caen sobre 28 casilleros verticales cuando se da la vuelta a la placa. Los clavos de plástico que hay en el camino están uniformemente repartidos, lo que hace que al rebotar contra ellos las bolitas puedan tomar dos caminos: izquierda o derecha. El resultado es una curva de distribución normal que ¡tachán! encaja con las predicciones matemáticas cada vez que se hace la prueba.
86 84 3 K 387
86 84 3 K 387
5 meneos
44 clics

Mala ciencia de consecuencias catastróficas

Francis Galton fue un polímata británico (primo de Charles Darwin) que, abogó en 1883 por apoyar a las personas más favorecidas para que tuvieran más hijos, en detrimento de las menos favorecidas. A este proceder lo denominó eugenesia, y se basaba en una interpretación errónea de la teoría de la evolución por selección natural. La eugenesia que proponía Galton era una eugenesia positiva, pues no pretendía actuar de forma directa para evitar que los menos favorecidos tuvieran descendencia. Pero mucho de lo que vino después no lo era.
5 meneos
55 clics

El [enrevesado] origen de la identificación mediante huellas dactilares

Meses antes de que falleciera, el magistrado sir William James Herschel (1833-1917) publicó en Oxford, en 1916, una pequeña obra de apenas cuarenta y una páginas, incluyendo su apéndice, titulada The Origin of Finger-printing [El origen de las huellas dactilares]. Un estudio que, como afirmó el propio autor en el preámbulo, perseguía dos objetivos: por un lado, documentar la génesis del método dactiloscópico para identificar personas, desde que él mismo lo descubrió en Bengala en julio de 1858; y por otro, analizar sus posibles implicaciones...

menéame