El exceso de ambición puede tener como resultado un fiasco absoluto. Lo hemos visto en algunas series que, comenzando bien o con una idea innovadora, han acabado siendo un fracaso estrepitoso o, simplemente, repetitivas. Sin duda algunas habrían quedado mejor siendo una buena película. Por otra parte, si damos la vuelta a la reflexión, hay largometrajes que dan para mucho más. Dejamos aquí cinco ejemplos de cada caso.