Un elefante enfurecido, abatido de un cañonazo y luego comido por los habitantes locales. Sucedió en Murten, en el cantón de Friburgo, hace 150 años. Un suceso que dio la vuelta a Suiza y que hoy forma parte del patrimonio histórico de la ciudad.
Cuando José Luis Calfucura recuerda los viajes de su niñez al ancestral corazón mapuche de La Araucanía, un exuberante paisaje de lagos color esmeralda y volcanes que echan humo en el centro-sur de Chile, sus recuerdos incluyen a menudo dientes morados. "Los adultos nos decían a los niños que fuéramos a buscar maquis solo para que pudieran reírse de los resultados", dice. "Después de comerlos, terminábamos con toda la cara pintada de púrpura".