El caso Matisyahu-Rototom puso de nuevo sobre la mesa que la cultura también es política y evidenció las complicidades con el Estado de apartheid de Israel en el ámbito de la música. El verano anterior a la actuación de Matisyahu en el festival Rototom, el ejército israelí bombardeó Gaza asesinando a más de 2.200 personas. Más de 500 eran niñas y niños. Matisyahu puso su música y su trabajo al servicio de la Asociación de Amigos del Ejército Israelí.