Si un país normal te parece demasiado grande y complicado, entonces es mejor mudarse a una pequeña nación donde nadie te moleste. Algunas personas tuvieron esta extraña idea y la llevaron a cabo.

A finales de septiembre de este año se celebrará en Aigues-Mortes, por primera vez, una cumbre de micronaciones, en este caso de aquellas que tienen en común la lengua francesa. La que será la primera cumbre de la Organización de la Microfrancofonía posiblemente pasará desapercibida para la mayoría de medios

12 Micronaciones o Estados muy pequeños.

Hay muchos otros proyectos entre megalómanos y surrealistas repartidos a lo largo y ancho del mundo.

Un granjero estadounidense reclama para sí un pedazo de tierra de nadie entre Egipto y Sudán para nombrar princesa a su hija y, de paso, salvar al mundo.

Para algunos es un acto de excentricidad y, para otros, un canto a la libertad: las pequeñas naciones autoproclamadas son una realidad. El Principado de Sealand o la Isla de las Rosas, demolida en los sesenta, son algunos de los casos más conocidos.