Sus propiedades de vibración octogonal, atraen la luz blanca de muy alta agitación, y es fuerza del cambio. Las piedras de Jerez de la Frontera, hablan a quien sabe escucharlas con respeto, a través de los maestros canteros y quieren transmitirnos el simbolismo del número 8 en la construcción de esta torre, uno de los escasos ejemplos de arquitectura almohade que existen en la Península Ibérica.