A pesar de la idílica narrativa que nos cuentan Sagan y la película de Amenábar hay mucho más que se evita decir por obvias razones. Sin dudas decir que el templo fue ordenado destruirse luego de que este sirviera como refugio a un grupo de terroristas paganos liderados por prominentes filósofos neoplatónicos que secuestraban, torturaban y asesinaban cristianos ahí dentro hubiera socavado por completo la trágica historia que Sagan y Amenábar quisieron presentar.