Cultura y divulgación
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Los sepulcros de los condes de Urgell que un banquero vendió por 15.000 ptas y ahora exhibe Nueva York

El periodista y José María Sadia recopila en su nuevo libro los episodios más vergonzos de "autoexpolio" del patrimonio español en los siglos XIX y XX. "Fue nuestro país en su conjunto —autoridades, instituciones, historiadores, anticuarios y un largo etcétera— quien propició y ejecutó ese expolio, cuando no lo abanderó y aireó directa y públicamente", escribe.

| etiquetas: josé maría sadia , españa , autoexpolio , patrimonio histórico
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  1. Es que a los banqueros españoles ya les pega esto de saqueadores
  2. #1 Bueno, que yo sepa en la antigua Roma los banqueros tenían la misma consideración que los criminales. A ver si no son solo son los banqueros españoles.
  3. #2 Ok, tienes razón, es algo universal

  4. "El vendaval rebasó el terreno religioso y alcanzó la esfera política. El republicano catalán Francesc Macià llevó la ignominia de los condes a las Cortes españolas, donde pidió la devolución de los sarcófagos", explica el autor. El banquero y el coleccionista trataron de dar marcha atrás, pero ya era demasiado tarde. "El senador inició un pleito jurídico para intentar recuperar los bienes a través de los juzgados, pero la denuncia puso en cuestión a todo un país. España carecía de una ley de patrimonio clara, contundente, eficaz.



    Pues bien que aplicaron esta ley de patrimonio poco clara para con los bienes de Sixena.
  5. La destrucción del patrimonio histórico que se produjo a lo largo del siglo XIX fue terrible, con varios episodios notables: Guerra de la Independencia, Primera Guerra Carlista, desamortizaciones de Mendizábal, Espartero, y Madoz, Segunda Guerra Carlista, y Tercera Guerra Carlista.
    Después de todos los destrozos, a finales del XIX y comienzos del XX llegaron los grandes expolios por parte de particulares.
  6. #4 No tiene nada que ver una cosa con la otra, pero ya sabemos todos que nunca dejas pasar la oportunidad para sacar a pasear el victimismo catalán.
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