La sabiduría popular siempre ha sido amplia en lo que a dar consejos sobre los bebés y los niños pequeños se refiere. Cuestión de tradiciones o de creencias, con el paso de los años muchos de ellos han acabado siendo desaconsejados por los pediatras, que directamente prefieren que no se lleven a cabo.
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Cachis..
Respecto a la última, la del perejil, hay que decir que en algunos casos funciona. Lo que pasa es que no se trata de "restregárselo", sino de untar el extremo de una ramita de perejil con aceite e introducirla delicadamente en el ano, para que lo lubrique y ayude a que salgan las heces cuando estas son demasiado duras (esto lo se porque vi como se lo hacía la madre de un colega al nieto, ante el asombro de ambos). Vamos, es la versión "de la abuela" de un supositorio de glicerina.
En esta línea también está el clásico de mojar el chupete en anís para conseguir que los bebés se duerman, una práctica que ya hace tiempo que se intentó desterrar por la ingesta de azúcar que conlleva o porque infusiones como el anís, el hinojo y el comino contienen un depresor neurológico que efectos adversos en grandes dosis, de manera que es difícil establecer el umbral para el organismo de un bebé.
Estos se creen que están hablando de una infusión de anís, cuando en realidad te arrimaban un buen chupito de Anís del Mono.