Hace dos décadas parecía inimaginable que pudiéramos llevar con nosotros un dispositivo portátil que pudiera ser simultáneamente: Un teléfono; un televisor; una radio; un reproductor de música; una tienda; un periódico; un libro; un mapa; una cartera; un banco; una videoconsola; un billete de entrada; una calculadora y un traductor. Entre otras muchas cosas, demasiado numerosas para enumerarlas. He utilizado mi teléfono como cinta métrica, para identificar plantas y para demostrar mi identidad al gobierno. (Matthew Brooker, opinión).
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Si le enchufas un teléfono desde que nace, ese teléfono es parte de él, cuando se lo quites vas a tener problemas por cojones
Soy padre y ni teléfonos ni hostias, dibujos en la tele un rato y contenidos filtrados por mi (Si veo que no aportan nada, o son contraproducentes, no lo ven)
Lo malo es cuando van creciendo y ven que todo el mundo tiene, que ellos también quieren y de poco vale que les expliques que no lo necesitan.