La ortografía es la habilidad de leer, escribir, comprender y pronunciar las palabras correctamente. En el idioma español es importante saber cómo escribir y/o pronunciar las palabras ya que algunas cuando se escriben o pronuncian incorrectamente toman significados diferentes. Otro aspecto de la ortografía es la presentación visual de un texto al redactarlo, esta se pierde cuando se combinan letras mayúsculas con letras minúsculas en una misma palabra.
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etiquetas: ortografía , cultura
Gracias.
Las reglas del lenguaje deben de servir para comunicarse, si la comunicación se ve entorpecida por un exceso de celo en la forma de la comunicación (ortografía) entonces es que las reglas de la ortografía son contraproducentes para la comunicación.
Dicho de otra forma: Ningún texto debería ser rechazado o sus ideas ignoradas o criticadas por el hecho de no cumplir con las reglas ortográficas.
y yo eso lo veo demasiado a menudo.
Hay que leer, y para eso hay que inculcar a los niños a ello, que no sea un castigo el leer.
En otros países, como no hay películas traducidas los niños cogen una rapidez de lectura importante, y además el nivel de faltas de ortografía es mucho menor que en España, ero aquí parece que siempre vamos al revés, castigamos a los niños leyendo y encima les traducimos las películas.
Hay un par de ejemplos sobre estas reglas del lenguaje que particularmente me encantan, como la palabra que es antónima de si misma, ergo, cuando la usas puedes estar diciendo algo o lo contrario (y ambas son correctas) y la letra que nadie (en toda España) sabe pronunciar correctamente, ni siquiera yo que debo ser uno de los 4 que nos sabemos la regla de pronunciación al menos formalmente...
la palabra que es antónima de si mismo es "nimio".
La letra que nadie sabe pronunciar es la "w" que se pronuncia diferente en palabras como "washington", "wolframio" o "washabi".
A mi no me importaría aprender de un profesor que no sabe escribir bien siempre que el mensaje sea interesante.
En mi experiencia las enseñanzas más importantes han venido siempre de gente sin preparación. Y mi mejor profesor de matemáticas de mi vida (la persona por la que soy de ciencias, probablemente) ni siquiera se expresaba con propiedad (usaba adjetivos inventados, por ejemplo o frases sin sentido literal), sin embargo era capaz de comunicarse perfectamente con los niños que le escuchábamos y transmitirles el mensaje mejor que con una dialéctica y lenguaje impoluto.